Por Manuel Torres / Foro Ciudadano
El próximo viernes 28 de junio se celebra el día Internacional del Orgullo Gay/Lésbico. En Chile, una de las actividades será el lanzamiento del manual «Homosexualidad y derechos humanos», obra que entrega una visión amplia sobre los avances y retrocesos en el mundo.
Estados Unidos es uno de los países más homofóbicos del mundo, mientras que Ecuador figura como una nación en que se reconoce la diversidad sexual. Incluso, la no discriminación está garantizada en la Constitución.
Así de disímil y desconocido es el panorama que ofrece la región sobre el retroceso y avance de los derechos humanos de las comunidades gay, lesbiana, travesti y transexuales.
Precisamente, el objetivo del manual es visualizar cuales son los instrumentos legales que hay en la región y como se debe apelar a la justicia internacional para garantizar los derechos, explica Carlos Sánchez, secretario regional para América Latina de la Asociación Internacional de Gay y Lesbianas (ILGA) y también integrante en Chile del Movimiento de Minorías Sexuales Unificadas (MUMS).minorias@hotmail.com
Según lo que ha constatado ILGA -instancia compuesta por 500 organizaciones de 85 países-, los derechos civiles y políticos se han ampliado en los últimos años, especialmente en las naciones más desarrolladas.
En Europa, por ejemplo, ya se reconoce la familia homosexual o la posibilidad de adoptar o tener hijos.
«Lo valorable es que no solo se reconocen derechos individuales, sino que también colectivos», recalca el dirigente.
Sin embargo, indica Sánchez, ILGA estima que en los próximos tres años aumentarán en nuestro continente las denuncias de violaciones a los derechos humanos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.
LAS LEYES CONTRA LA DISCRIMINACIÓN SON UN SALUDO A LA BANDERA
En Chile, explica Sánchez, no hay ninguna legislación que prohíba la discriminación. Solo existe una Ley, recientemente aprobada en el Congreso, que resguarda la confidencialidad de los portadores del SIDA y su derecho a postular a cualquier trabajo.
Pero, asegura, no hay como hacerla efectiva, ya que, por una parte, no hay sanción a la empresa y, por otra, no se contrata al postulante.
Lo mismo pasa, afirma, con la Ley de Discapacidad o con la Ley Indígena. «Se generan leyes para dar señales políticas, pero no hay instrumentos para ejercer el derecho, subraya.
Por esta razón, el MUMS y otras organizaciones sociales afectadas por la discriminación están trabajando con la Universidad Diego Portales en el diseño de un anteproyecto de ley contra la discriminación, el cual sería acogido positivamente por el gobierno, confidencia Sánchez, pero con cierta desconfianza.