Por Anatolia
9:30 o algo así. Reunión. Le miran la chaqueta llena de pelos. Parece que los asfixia..¿Tendrá cabeza?-se preguntan. Esa frase tapiza el ambiente. Ella sonríe e internamente prepara su metamorfosis:
TESTOSTERONA!!!…..POR EL PODER DE LA TESTOSTERONA… ¡¡¡MASCULINIZATEEEE!!!
Y así se hace. La misma seguridad de la prepotencia del macho, la misma fuerza de su arrogancia, pero en cuerpo de mujer….
Su discurso es directo , claro. Sus argumentos clavetean el silencio en los labios de todos aquellos hombres que la miran y buscan un solo error, para dejar caer sin piedad su misoginia sobre la extraña fuerza que emana de ese ser que tienen al frente. Uno que otro se distrae y deja los guantes de box a un lado para derramar su mirada sobre esas caderas, que parecen , según él , pedirle a gritos que su cuerpo se deposite sobre ellas con presteza .
No es tonta- piensan y reflexionan uno que otro, claro que sin decirlo, porque el silencio provocado por la aparecida es una afrenta que no será perdonada…¿Dónde está su femineidad?-comienzan a preguntarse algunos enarbolando la construcción de la sospecha para minimizar el impacto.¿Dónde se encuentra la sumisión, el mande señor?- se preguntan otros. ¿Lo habrá guardado en la cartera?-se vuelven a preguntar.
11:30 o algo así. El coffe break acostumbrado. Algunos se acercan a ella que sonríe y coquetea como si fuera otra…
Hmm!!!, Sí! La femineidad está debajo de su falda- piensan los que se acercaron, mas ellos ni siquiera imaginan que ella espera que la femineidad que buscan sea encontrada por otra, por otra mujer…¿Quién mejor podría descubrirla?. Sí , porque entre tanto power hormonal testosterónico ha descubierto como la piel se le eriza cuando la chica del café se acerca demasiado y le pregunta casi al oído:
¿Con cuánto de azúcar?…y ella sonriéndole, mirando hasta el fondo de esos ojos que mueven sus labios internos: los mayores y los menores, como bandada de pájaros, como vendaval que vuelve a poner todos en su correcto orden, es decir, con sus manos en esas caderas, en esos senos, ¡esos senos!…, en esa boca que espera su respuesta…
¿Cuántas de azúcar?
Dos- le contesta y vuelve a sonreír y la ve alejarse justo cuando quedan dos minutos para volver a la reunión.
13:00 hrs o algo así. La reunión termina , pocos se despiden de ella, no importa, pues ella sólo piensa en que le encantó el servicio. Se ríe pensando en que lo quiere completo…
Mientras guarda el traje formado por el poder de las hormonas recicladas, un ejecutivo joven prendado de sus piernas le ofrece llevarla…
No., gracias..Ese no es mi camino-le contesta. , justo cuando la mujer del café vuelve a verificar que nada haya quedado en el lugar.
El hombre se va y ella camina tras ese cuerpo.
Nos volvemos a encontrar-le dice.¿A dónde vas?
A mi casa, aunque no quisiera- le contesta
Yo estoy cansadísima. Fue demasiado larga la reunión. Necesito un descanso.¿quieres almorzar conmigo?…
¡Claro!…Deja cambiarme de ropa y vuelvo en seguida…
Y allí se quedó, esperándola con el corazón alzado.
Rápidamente la otra volvió al lugar, no podía demorarse más, pues hace mucho tiempo que un sí tan deseoso no se escapaba de sus labios..
Y se fueron juntas, abriéndose paso entre la gente, mirándose de reojo, sonriéndose con una mezcla de nervios y de miedo, miedo que en todo caso para ambas , hace mucho rato que ya había dejado de importar.