Por ASOSIDA
Se reciben con aplausos la modificación a la ley Fonasa en torno a las personas que sin estar legalmente casadxs se beneficiarán con modificaciones que pretenden fortalecer el acceso a la salud integral de todas y todos y en especial de aquellxs que estén en situación de cesantía, sin embargo en torno al VIH/SIDA , surge de inmediato una inquietud, ¿qué sucede con las personas que viven con VIH/SIDA o que son vulnerables a adquirirlo y que no son parejas heterosexuales?
A través del trabajo que viene desarrollando ASOSIDA y las organizaciones que la conforman, se ha acuñado la suficiente información validada por los Boletines epidemiológicos que emanan del Ministerio de Salud, en torno a que es la población homosexual la más vulnerable frente al virus y es en este contexto y dada la inexistencia de legislación en torno a la Unión de hecho de parejas no heterosexuales, es que se ve con inquietud la medida de Fonasa , en tanto deja afuera del beneficio a miles de parejas homosexuales, las que precisamente son más vulnerables a los mecanismos de exclusión que el sistema ha desarrollado.
Si bien es cierto existe la Ley del Sida, qué pasa con las parejas homosexuales que por la exclusión mencionada, por un lado se hacen vulnerables a adquirir el VIH y por otro y de acuerdo a los prejuicios están siempre más proclives a vivir en cesantía, sobre todo “cuando se les nota”, ¿Fonasa, no alcanza para ellxs?,¿será que no son personas con derechos?
Surgen en este camino otras preguntas en tanto la vigencia de la Ley del Sida obliga a pensar en cómo articular lo que esta promueve con las acciones progresivas que propendan a la igualdad a través de iniciativas como las que impulsa FONASA, pues si en esta pasada no se incluyen en las modificaciones a las parejas homosexuales, que en su mayoría deben ser todas parejas de hecho, estamos fortaleciendo la idea de leyes especiales para algunos segmentos de la población vulnerando el principio de igualdad.
En este camino es importante recalcar que cada uno y una de nosotrxs tenemos una responsabilidad social de control del gobierno que representa al Estado, el que debe realizar lo que mandata el pueblo, por lo tanto, es deber de todas y todos promover leyes y demandas que no profundicen diferencias que han sido consecuencia de la merma en el desarrollo integral de aquellos y aquellas que , valga la reiteración , son diferentes. Es por esto que no se requiere una Ley de Fonasa que sólo hable de heterosexuales, sino de una ley que sea para todas las personas y que piense en aquellos y aquellas más desvalidas, sin pensar siquiera en hacer un acápite especial que de cuenta de que el respeto a la diversidad es una quimera que brilla en nuestra imaginación, pero no en la voluntad real de construir un Chile nuevo.