Por Rompiendo el Silencio / julio 2009
Como una “sorpresa” y una “tarea que no esperaba”, califica Angélica Valderrama Cayuman, 32 años, su designación como nueva coordinadora del Movimiento Unificado de Minorias Sexuales (MUMS). Ella se transformó así en la segunda mujer lesbiana que está a la cabeza de una organización compuesta, en su mayoría, por gays, pero que al pasar los años ha ido ampliando su abánico de identidades. Antes, ese cargo lo obtuvo Toli Hernández, destacada activista que sigue participando en el movimiento.
Esta activista oriunda de Viña del Mar, se podría considerar un rostro nuevo dentro del activismo; sin embargo, ella es categórica: “Las oportunidades hay que creárselas. Si te interesa el trabajo político, incidir en la sociedad; si sospechas de los tradicionales discursos de petición de derechos y quieres exigirlos; si quieres develar a quienes se arrogan el derecho de hablar sobre nuestrxs cuerpos y nuestras sexualidades, debes tomarte los espacios, no esperar que otros te los den”.
“Mums es un espacio que me convoca; en el que me siento interpretada y con los espacios de confluencia y disidencia necesarios”, agrega.
¿Qué significado tiene para ti ser la segunda mujer lesbiana en la historia del movimiento que lidera una organización conformada en su mayoría por gays?
Eso no tiene gran importancia para mí. Si pensamos que tenemos una presidenta mujer, que por cierto constituye un gesto simbólico, su gobierno no ha impulsado los cambios necesarios ni para las mujeres, ni para las lesbianas, ni para el mundo de la diversidad sexual ¿qué pasa con la violencia institucional que viven las diversidades sexuales al no ser consideradxs como sujetxs de derechos? ¿Qué pasa con el derecho a decidir sobre el cuerpo?, ¿y las políticas de violencia intrafamiliar que colocan a la mujer en una posición de víctima permanente?, ¿qué pasa con las lesbianas que viven violencia de pareja?, no acceden a las casas de acogida, por ejemplo, ya que deben ser derivadas desde un juzgado y sabemos que las lesbianas no judicializan sus situaciones de violencia.
Pero de todas maneras es un paso importante…
Ser mujer en el poder no es garantía de nada, mujer es una categoría que hay que revisitar continuamente, ya lo dijo Simone de Beauvoir:, “no se nace mujer, se llega a serlo“, y claro si me pienso en este momento más que mujer me identificaría transgénero, en tránsito. Entonces sería la primera transgénero que preside MUMS.
¿Cuál es la sintonía que hay en torno al tema lésbico en el Mums?
Mums es una organización que a lo largo de sus 18 años de existencia ha incrementado sus sintonías con la temática lésbica, esto gracias a la incorporación cada vez mayor de lesbianas que quieren comprometerse en un activismo y que se posicionan con liderazgo. Si el tema es el número de lesbianas que participan en la organización, puedo decirte que en la última Asamblea Anual era casi igual al número de homosexuales. A nuestras actividades masivas llegan chicos y chicas en cantidades similares, pero no creo que este sea el criterio para hablar de lesbianas en Mums, queremos incidir con el tema lésbico desde lo que conocemos a través de nuestras activistas lésbicas, de años de servicio de consejería y atención psicológica y de parejas, desde nuestras investigaciones. Temáticas como salud sexual, violencia de pareja y otras. Y también, sumando miradas a las luchas de los movimientos de mujeres en la medida de las reflexiones que como movimiento queremos realizar.
Tomando en cuenta que no eres un rostro “clásico” dentro del activismo, ¿crees que se está dando la oportunidad a personas más jóvenes para liderar estos movimientos de diversidad sexual?
No pretendo ser un “rostro” del activismo, no pretendo re-presentar a la comunidad homosexual, pretendo ser una voz y una acción desde una organización que opta por el compromiso y el activismo.
¿Cómo comenzaste en el movimiento? ¿cómo llegaste a la sede del mums y por qué te interesó el activismo?
Llegué a Mums hace tres años y medio convocada a un taller para lesbianas. Luego me integré al equipo de Consejería y Atención Psicológica en el cual participo hasta ahora haciendo consejería entre pares. La experiencia de la Consejería ha marcado mi activismo. A lo largo de este tiempo, he conversado con muchísimas mujeres que buscan espacios de confianza, de cercanía y de paridad. Muchas de ellas vienen de atenciones psicológicas anteriores que sólo han contribuido a mantener a las lesbianas en situación de víctima. Desde el Centro de Consejería de Mums nos interesa apuntar al empoderamiento. Estas experiencias de conversación se suman a los proyectos de investigación en los que he participado, a las acciones políticas que hemos desarrollado desde Mums y a las alianzas que hemos construido.
¿Cuál será la diferencia contigo en tu período de coordinadora respecto a otros coordinadores que tendrá MUMS?
Quisiera mantener las líneas de trabajo que el movimiento ha construido con una base en la exigencia de derechos para todxs, desde el directorio anterior del cual yo era parte. Continuar con un empeño en la construcción de una cultura de participación democrática, que pasa por reuniones de la coordinación política regulares y abiertas, por privilegiar la discusión de los lineamientos políticos, por generar diversas vocerías. No apuesto por los personalismos que al final se distancian de la organización y no la representan.
¿Y las alianzas?
Me interesa desarrollar alianzas con otros sectores y actorxs de la sociedad, me interesa vincularnos más a la cultura y las artes, creo que serían espacios necesarios de participación para el movimiento, por ahora estamos desarrollando un trabajo con performance, desde el cuerpo, las disidencias sexuales y las tecnologías.
¿Le darás prioridad a una mayor exposición pública? ¿cuáles serán tus prioridades en tu coordinación?
No tengo problemas en salir públicamente desde mi condición de lesbiana, camiona, transgenerx, si se requiere. Creo que el activismo pasa por la visibilización, de hecho salir en la portada del número tres de RSMagazine, me ha dado muchas satisfacciones, también representó para mí un gesto político importante. Hace una semana me invitaron a participar del podcast “La guinda de la torta”, del cual soy fans desde sus comienzos, lo digo porque quiero relevar la opción de los medios alternativos, de las nuevas tecnologías para apropiarnos de las comunicaciones, me parece muy político un espacio on-line en el que dos chicas conversen a destajo de sus gustos por otras chicas, sus situaciones de pareja, es decir, instalar en lo cotidiano conversaciones que siempre han sido privadas. No pretendo caer en una mediatización que manipule nuestras luchas, sino apropiarme de los espacios que nos interesen.
¿Cómo harán frente a las denuncias de otros movimientos por diferencias entre sus líderes? ¿será tu coordinación de confrontación o de diálogo?
Mums es una organización que tiene 18 años de historia, por la cual han pasado muchxs líderes. A muchxs de ellxs no los conozco personalmente, se han renovado muchos integrantes a lo largo de los años, pero tenemos memoria, desde los archivos del Centro de Documentación, el compromiso de algunxs dirigentes históricxs que todavía trabajan en el movimiento y las relaciones que se han construido con otros y otras que nos devuelven lo que ha sido nuestro trabajo, que nos dan certeza de nuestros pasos. Este directorio siempre estará abierto al diálogo y también a otras acciones cuando se requiera.
¿Cómo te llevas con tus compañeros gays y trans en el movimiento?
Creo que la pregunta hace pensar que la identidad es el único criterio por el cual nos relacionamos. Puedo decirte que en el movimiento tengo buenas relaciones con gays, trans y lesbianas en la medida que construimos relaciones democráticas desde nuestras diferencias.
¿Cómo así?
No creo que se trate de hombres o mujeres, gays o lesbianas, sino de cómo la sociedad construye identidades hegemónicas que se rigen por una heteronorma que nos posiciona en la otra orilla, del otro lado. La chica lesbiana peruana que viene en busca de trabajo y para alejarse de su familia homofóbica; el chico que se dirige a un servicio de salud a realizarse el test de Elisa y es discriminado por “loca”; la mujer que a los 50 años decide vivir una sexualidad lésbica, son experiencias que nos dicen que la clase, el género, el origen étnico, el color de piel, son categorías que se cruzan, y que ciertos cruces son menos valorados. Desde ahí creo que al constituirnos como identidades rechazadas podemos trabajar desde esa otra vereda.
¿Cuáles han sido otras de tus actividades?
He participado de comunidades mapuche, de hecho tejo a telar y he dado clases de telar mapuche a grupos de mujeres, y desde mi experiencia en el proyecto en sexualidad “contacto” de la u de chile me he interesado por las teorías de genero, disidencia sexual y consejería entre pares.
* Entrevista realizada por Rompiendo el Silencio, www.rompiendoelsilencio.cl.