Por Angélica Valderrama / Presidentx de MUMS / 16-07-2009 / La Nación
Con sorpresa he escuchado, en un programa de televisión, a un senador ex Concertación y actual candidato presidencial hacer el siguiente reclamo: «Este canal que es de todos los chilenos parece que es el canal de la Concertación y la Alianza, a nosotros no nos han dado pelota La Concertación y la Alianza (…) tienen todos los medios de comunicación, tienen todas las facilidades y a mí me excluyeron».
No está de más decir que mientras dicho parlamentario perteneció a la Concertación no se pronunció sobre quién hace uso de los espacios televisivos, ni sobre los discursos que están presentes en la televisión chilena o sobre la responsabilidad social de Televisión Nacional, el canal de todos y todas los y las chilenos y chilenas. ¿No se habrá dado cuenta antes de la hegemonía de los medios de comunicación? No, por supuesto, no soy tan ingenua para pensar eso.
Hace unos años asistí a un seminario de diversidad cultural, en el cual estuvo presente el entonces director de TVN. Frente a las preguntas sobre cómo el canal daba cuenta de la diversidad cultural del país, él señaló que más que diversidad cultural, en Chile, desde la línea editorial, se hacía hincapié en la identidad chilena. Una identidad. Continuamente nos encontramos con intentos de hacernos creer que Chile es un país homogéneo, que existe sólo una realidad y que de ésa hay que dar cuenta. Cualquier otra realidad es marginal, ajena, excepcional… Otra.
En este período de campañas electorales muchos, con el afán de situarse desde el progresismo, han utilizado la temática homosexual. Todos se manifiestan «abiertos a conversar», algo han dicho respecto de la «unión de parejas del mismo sexo», «adopción de hijos por parejas homosexuales», como si no hubiera proyectos esperando sus votos en el Congreso. ¿Qué sucede con la ley antidiscriminatoria, ley que movilizó a muchos sectores de la sociedad civil, a muchas diversidades, y que lleva años de tramitación?
Los parlamentarios no sólo deben responder por los proyectos de ley sobre pacto de unión civil, o posibles proyectos de matrimonio civil homosexual, también deben comprometerse con proyectos que permitan crear formas de fiscalizar, castigar y erradicar la exclusión en otros ámbitos, como por ejemplo los medios de comunicación. La diversidad sexual es una de las muchas diversidades que componen la identidad chilena; mucha de la discriminación de la que somos parte responde a la forma en que los medios nos presentan, instalándonos a lesbianas, gays, transexuales, desde el sensacionalismo, invisibilizando el hecho de que existen muchas formas de ser homosexual, que estamos en todos los ámbitos de la vida del país y que todos podrían llegar a experimentar en algún momento una orientación sexual o identidad sexual distinta.
¿Qué hacemos? ¿Seguimos utilizando los medios de comunicación alternativos: podcast, blogs, radios online? ¿Exigimos espacios dentro de los medios públicos de comunicación? ¿Continuamos con nuestros observatorios de medios? Esto y mucho más hacemos desde las organizaciones sociales de la diversidad sexual y queremos comprometer a otras diversidades a sumarse en el empeño de democracia real y derechos para todos y para todas.