Aunque Lukas cambió su sexo para ser hombre, legalmente sigue siendo mujer. Y aunque se declara heterosexual, en un desafío al sistema chileno pidió hora con otro hombre para casarse y no se la pudieron negar.
Ayer dos personas se presentaron a pedir una hora en el Registro Civil para casarse. Eran Elías y Lukas. Éste último nació como niña pero se sometió a una operación de cambio de sexo en Brasil, y como en Chile el cambio de género legal queda a la decisión y la buena onda de un juez, en su carné figura aún como mujer. En esta calidad puso a prueba la lógica arbitraria del sistema que le dice que es de sexo fememino pese a su barba crecida y sus cejas anchas. Y demostró su teoría: el funcionario del registro civil, que veía a un hombre que quería casarse con otro hombre -lo que en nuestro avanzado país no se puede-, le pidió a Lukas un documento de extranjería que demuestre que el Estado chileno lo considera una mujer, aunque él haya decidido hace años no serlo. Lo cierto es que Lukas tras su operación se considera un hombre heterosexual y no se quiere casar. Lo que hizo fue una sencilla performance para demostrar la necesidad de una Ley de Identidad de Género que establezca una normativa no discrecional para el cambio de sexo. Porque hoy Lukas no puede contraer matrimonio con una mujer, porque legalmente él lo es. Ni con un hombre, porque tiene apariencia masculina. «El oficial del registro civil nunca entendió que al frente tenía a una persona transexual porque en sus formas de ver el mundo eran dos hombres porque veía dos formas masculinas”, señala Fernando Muñoz, coordinador político del Movimiento por la Diversidad Sexual (MUMS) que respaldó esta acción. Además, agrega que el funcionario “ante eso, se cerraba y decía que dos hombres no se pueden casar y punto. Ni siquiera estaba mirando el tema legal, los carné que tenía al frente. O sea, su visión cultural del mundo, esa idea de que hay hombres y mujeres y nada más, le estaba impidiendo cumplir su propia función”. Afuera del Registro Civil, miembros del MUMS extendieron un lienzo y fueron criticados por varias personas. Sin embargo, Hija de Perra, quien se define como performista bizarra y activista por la disidencia sexual, rescata entre risas lo absurdo de la situación: “Me parece realmente sensacional. Estas cosas sólo suceden donde existen vacíos legales con respecto a la identidad de género y donde no hay educación al respecto de los temas transexuales, sino sólo ignorancia y prejuicio”, y agrega que “me parece fascinantes que sucedan estas situaciones engorrosas para el Registro Civil, jajaja”. También destaca que estos casos se deben a que “estamos tropezando sórdidamente con terroríficas ideas impuestas. Finalmente el sistema binario de genero, de mujer y hombre, se nos impone a la fuerza y todos los que no encajan en este esquema son vistos como anormales o desviados”. Esto es precisamente lo que se quiso dejar claro ayer: la exclusión que viven las personas homosexuales y especialmente las personas transexuales. Para Fernando, esta discriminación viene también desde la clase política: “Lamentablemente los candidatos presidenciales ya han dicho que el matrimonio es entre un hombre y una mujer. Lo dijo Orrego, lo dijo Golborne. Allamand no lo dice, pero él sólo habla del Acuerdo de Vida en Pareja. Y evidentemente eso da cuenta de una sociedad muy conservadora y cartucha”. Es por esto que tanto el MUMS, como el Movilh, Iguales y varias organizaciones de diversidad sexual, insisten en la necesidad de una Ley de Identidad de Género, por la cual han venido trabajando en paralelo a la Ley Antidiscriminación y al AVP. En el Movilh, el presidente de la organización, Rolando Jiménez, destaca que hace seis meses se debate un proyecto de ley que responda a las necesidades de las personas transgénero, transexuales y travestis “y por cierto va a ser una prioridad legislativa durante el año en curso y además va a ser parte de los elementos que le vamos a pedir a los candidatos presidenciales como parte de los compromisos que esperamos que suscriban con la diversidad sexual durante este año que hay elecciones”. Sin embargo, en el MUMS son menos optimistas. Fernando señala que han venido haciendo un trabajo interno e iniciando conversaciones con ciertos parlamentarios, pero las respuestas no han sido tan positivas como hubiesen querido. “En general dicen que no tienen nada contra el tema, pero como no es prioridad siempre va quedando en el camino”, comenta. Lo que sí es positivo es que no se trata de una ley que incluya costos para el Estado, aunque sí pueden haber resistencias de grupos conservadores por “razones morales”. “Lo que se quiere con la ley es, primero, el reconocimmiento de la identidad trans. Y en segundo lugar, eliminar las arbitriaridades, eliminar que el juez pueda decir sí o no. Porque en Chile es ridículo, tanto cambios de nombres como cambios de sexo, el juez puede fallar a favor o en contra y es relativo, es casi una cosa de suerte”, destaca Fernando. Además, Rolando Jiménez añade que la idea de la ley es que el tema del “cambio de nombre y sexo registral sea un trámite administrativo”
Ley de Género contra el AVP contra la discriminación
Dentro de las organizaciones que trabajan por la diversidad sexual y el reconocimiento de sus derechos, las opiniones están divididas. El mes pasado dos importantes funcionarios de la Fundación Iguales renunciaron declarando que esta organización tenía una línea que perseguía más sacar el AVP que, por ejemplo, una Ley de Igualdad de Género. Iguales se defendió diciendo que ambas luchas son líneas transversales de su organización. Lo mismo se piensa en el Movilh, donde Rolando Jiménez señala, sin referirse en particular a ninguna otra organización que “aquí lo importante es poder avanzar y aquí se puede caminar y mascar chicle. Hay algunos que piensan que una cosa es primero y la otra después, y están equivocados. Nosotros avanzamos paralelamente en lo que fue la instalación de la idea de una unión civil y en la ley Antidiscriminación”. El problema, para el MUMS y las personas transgénero y transexuales, es que al ser una minoría dentro de otra minoría, una Ley de Identidad de Género no adquiere tanta notoriedad como lo ha hecho la Ley Zamudio o el AVP. Además que estas dos últimas incluyen a un amplio número de personas que no necesariamente son Lesbiana, Gays, Bisexuales y Transexuales. Aunque esto también puede ser visto como algo positivo, ya que Fernando señala que “no es una ley que vaya a generar consecuencias o vaya a provocar algún terremoto dentro de la sociedad chilena, porque es una ley que es para un grupo pequeño de personas”, por lo que podría ser más fácil de aprobar que un AVP o una Ley Antidiscriminación, con las que hoy no parecen estar muy contentos. Si bien Rolando Jiménez destaca que han habido avances, también cree que aún falta por hacer con la Ley Zamudio, la cual no tiene una institucionalidad que la respalde: “la ley es una parte del proceso que hay que hacer, hay que educar, hay que evitar que las familias expulsen a sus hijos transexuales de su seno y por lo tanto terminen en la calle ejerciendo el comercio sexual como única forma de sobrevivencia. Este es un panorama complejo que hay qur abordar de manera multisectorial y por lo tanto se requiere trabaar en el frente legislativo, en políticas públicas, en salud, educación entre otros ámbitos”, aunque destaca que la ley, en el inciso dos del artículo 1 “señala que todos los estamentos del Estado, tienen que generar políticas anti discriminación. Y eso está avanzando, le pese a quien le pese”. Pero a Hija de Perra no le parece que el avance sea tal, porque siente que todas estas iniciativas son más para dejar a la gente tranquila que para otorgar igualdad de derechos: “(la Ley Antidiscriminación) también es una mierda. Son puras cosas falsas. Porque ahora la Ley Zamudio es una ley mística, no sirve de nada. Sólo sirve místicamente para estar entendido socialmente de que puede que haya una luz de que existen estos grupos de minorías”, lo que extiende también para el AVP: “es terrible porque se supone que si tú estás en pareja heredas la tetera con la olla, pero no la empresa ni la casa de tu pareja. Nada de inmuebles, eso queda para la otra familia. Qué miedo este acuerdo, tiene muchos vacíos y no es muy correcto que digamos. Es bien mula el proyecto, bastante superficial como para abordar este lazo”. En el MUMS, Fernando señala que la Ley Zamudio “es una ley malita”, porque no genera ninguna instuicionalidad. “Acá la ley antidiscriminacion no le implica un costo al Estado para abordar el tema de la discriminación, no tiene nada preventivo”. También señala que ya que la ley judicializa todo el tema de la discriminación, es un sistema que espera la agreción y la prueba de aquello antes de actuar y tomar alguna medida. En cuando al AVP para el MUMS un aspecto fundamental es que no tiene que ver sólo con la diversidad sexual: “las parejas que conviven son muchísimas y no necesariamente homosexuales y que eso avance nos parece muy bien como alternativa, pero eso nunca va a sustituir el matrimonio igualitario.
Para nosotros cada cosa tiene su propio espacio y deben ir avanzando”, señala Fernando. También agrega que en este momento es mucho más fácil sacar una Ley de Identidad de Género “en la que hay un cierto nivel de conceso, que sacar las oras como la propuesta AVP que actualmente se está discutiendo, que es malísima, o avanzar en el tema del matrimonio igualitario donde efectivamente hay temas de carácter valórico asociado”. Para Fernando la propuesta del AVP es “malísima” porque “se está tratando de vender como un premio de consuelo para la diversidad sexual que quiere matrimonio igualitario. El reconocimiento de las parejas de hecho es un tema que tiene un valor en sí mismo. Pero además es una ley que no resuelve el tema de la adopción, o la herencia. Además exige demostrar un tiempo de convivencia previa a celebrar el acuerdo, no es un tema de voluntad. Cosa que con la matrimonio no es, nadie te pregunta si tienes una historia en común o no. Es una ley con bastante poco alcance”.
Transexual, transgénero y transmasculinidad
Si ya la Séptima Encuesta Nacional de la Juventud en el apartado de Experiencias y percepciones en torno a la discriminación, reveló que los homosexuales están entre los más discriminados del país, la situación es peor cuando se habla de trangénero y transexualidad. Para empezar, los transexuales son estigmatizados y siempre asociados al comercio sexual, destaca Fernando, y agrega que “los papás a veces se bancan un chico que sea gay, que sea medianamente masculino, pero bancarse a un hijo trans es mucho más complejo y eso hace que salgan mucho más temprano de su casa, enfrenten la vida solos mucho antes y que, por lo tanto tengan muchas más dificultades en la educación y en el tema laboral”. Además, se trata de personas que pemanentemente están siendo víctimas de golpizas y ataques cobardes en grupos. Para Hija de Perra hay un problema de que muy pocos comprenden de qué se trata la identidad de género “y es un tema que muy pocos quieren entender, se nos ha creado un tremendo prejuicio hacia el tema sexual, y más cuando se trata de casos que se escapan a la norma heterosexual”. Además, destaca sobre los trámites médicos que se deben llevar a cabo para hacer un cambio de identidad: “hay que pensar que las personas trans tienen que patologizarse bajo el estatuto de trastorno mental para lograr el cambio de sexo, no es fácil llevar una vida trans. Internacionalmente, en la actualidad, se lucha para despatologizar este hecho concreto del cambio de sexo”. Dentro de la transexualidad y las personas transgéneros, uno de los grupos aún más discriminados es el de las personas transmasculinas. Esto es, personas que, como Lukas, nacen como mujeres y deciden cambiar su sexo a masculino: “las personas transmasculinas son mucho más invisibilizadas que las personas transfemeninas, porque ellas están como en el imaginario colectivo, todo el mundo las reconoce”, señala Fernando. No así a las personas transmasculinas, quienes “tratan de no mostrarse tanto, de pasar lo más piola posible. Tratan de pasar por hombre lo más rápido posible para que no los señalen con el dedo”, agrega Fernando. Por ahora, Elías y Lukas están a la espera de lo que digan los documentos. Sin embargo, ya lograron instalar una nueva discusión en materia de diversidad sexual e igualdad de derechos. “Aún no entiendo cuál es el afán de que existan grupos específicos de personas con el poder de normar quiénes tienen derechos y quienes no”, señala Hija de Perra, quien también apoya una Ley de Identidad de Género “que tiene tanta importancia para muchas vidas que tienen que sobrevivir dentro del macabro espectro de clasificación genérica impuesta”, finaliza.