El viernes 5 de septiembre del año 2014, se desarrolló el foro “Aborto, distintas voces, un mismo cuerpo”, organizado por el Equipo de Psicología del Movimiento por la Diversidad Sexual MUMS y desarrollado en la Biblioteca de Santiago. Los expositores participantes en esta ocasión fueron: Claudia Ancapán, Matrona, perteneciente al colectivo Camión Rosa, Francisco Zamorano, y Eva Gutiérrez, quienes forman parte del Equipo de Psicólogos por la Diversidad MUMS.
Los principales temas a tratar en esta oportunidad estuvieron relacionados con: Aborto, cuerpo y poder, la inexistencia de una libertad sexo-afectiva y corpóreo-bilógica, como también se planteó el tema desde una perspectiva legal. Se hizo un análisis crítico en cuanto a la evolución de la postura de la Iglesia Católica con respecto al aborto, que como bien se sabe, en un comienzo la penalización de la iglesia hacia este acto no estaba relacionada con la conservación de la vida del feto. El embarazo no deseado se enmarcaba como signo de relaciones extramaritales, por lo que la iglesia prohibía el aborto en tanto éste ocultaba la evidencia de un acto considerado como moralmente reprochable y digno de castigo. Así, no es la protección de la vida la que está puesta en juego, si no el juicio que se hace sobre la mujer y el modo en que ésta lleva su propia sexualidad. Por otra parte, el acto de abortar desafiaba la autoridad del marido, quien era el que decidía por el destino del feto y por el cuerpo de la mujer.
En la actualidad, las decisiones sobre aborto ya no residen en la autoridad de la Iglesia Católica, no obstante es impensable señalar que la decisión podría estar en manos de la mujer. Hoy en día, es el Estado quien determina el acto de abortar, empleando mecanismos sustentados en las mismas mociones patriarcales que se sustentaron en siglos anteriores.En conclusión; La iglesia, el marido o el Estado detentan el poder sobre el cuerpo femenino.
Por otro lado, se planteó la necesidad de visibilizar la realidad socioeconómica de las mujeres que abortan y las determinantes sociales que conducen a una mujer realizar este acto, quien además, al tomar esta decisión se arriesga a sentirse presa de todo comentario, improperio o castigo con sustentabilidad en el patriarcado, al mismo tiempo seguido y alimentado por los diferentes medios e improntas del androcentrismo del que es víctima la mujer.
Finalmente, se abordó el tema desde una perspectiva legal, poniendo en conocimiento que desde esta área de las Ciencias Sociales ha sido un tema tradicionalmente discutido el de la posibilidad de que ciertos supuestos de aborto estén permitidos, resguardados por una causa de justificación.
Nuestra actual legislación no vislumbra ninguna disposición particular de este tipo. Antes bien, la única norma que se refería abiertamente a una de estas situacionesera el art. 119 del Código Sanitario, que permitía la interrupción del embarazo con finesterapéuticos. Pero fue reemplazado por una disposición que actualmente demanda que “no podrá ejecutarse ninguna acción cuyo fin sea provocar un aborto”.
Evidentemente, estas leyes prohibitivas están basadas en el patriarcado y fundamentalmente conllevan significados que promueven una sexualidad femenina coartada, otorgándole a la mujer un lugar desde el cual se le prohíbe ejercer dominio sobre su propio cuerpo, considerándola como un objeto, incapaz de tomar decisiones sobre si misma. Es por ello que la lucha antiaborto busca mantener la autoridad mediante la ley y el lenguaje, reiterando un ejercicio de dominio en lo que debería primar: la libertad de elección.
Ps. Yasna Mancilla Monsalve
Equipo de Psicólogos MUMS