El lunes 03 de agosto el Área Diversidades sexual y de género de la Oficina de Equidad e Inclusión (VAEC-UCH) realizó en colaboración con MUMS Conversatorio y Taller para compartir algunos resultados del estudio de salud mental LGBT+ en contexto de pandemia.
La casa a veces es la boca del lobo: Salud mental, espacios no seguros en confinamiento para estudiantes lesbianas y bisexuales.
Vicerrectora VAEC, Profesora Sonia Pérez T.
Prof. José Miguel Labrín, Director Asuntos Comunitarios.
Francisco Ulloa, académido FACSO e Investigador en DDHH de MUMS.
Angélica Barrera, Psicóloga y activista MUMS.
Margarita Bustos, Coordinadora Área Diversidad sexual y de género, OEI.
Andy Co, Encargada Vinculación con estudiantes LGBTIQ, OEI
El mes anterior se realizaron una serie de actividades en torno a la visibilidad lésbica, los lesbocidios y vulneración de derechos que a diario se experiencian en un sistema heteronormativo y patriarcal. Sumados a este contexto y comprendiendo además que los problemas de salud mental aumentan en momentos de crisis social y pandemia, es que se generó un conversatorio y taller para la comunidad Universitaria y participantes de la sociedad civil. Compartiendo para ello algunos resultados del Estudio de Salud Mental LGBT+ en contexto de Covid-19 realizado por MUMS en colaboración con Universidad Católica del Norte y la Universidad Alberto Hurtado. Focalizando la reflexión en jóvenes lesbianas y bisexuales en relación a la salud mental, los espacios de confinamiento no seguros y la vulneración de derechos en el entorno familiar.
Francisco Ulloa, sociólogo de FACSO y encargado de Investigación en Derechos Humanos, MUMS, presentó parte del estudio y señaló que el objetivo principal fue evaluar el estado de la salud psicológica de las personas LGBT+, especialmente de aquellas más jóvenes que viven con sus padres o madres durante el confinamiento por COVID-19 «¿Cómo estamos viviendo las personas LGBTIQ+ la pandemia en Chile? considerando el contexto, en que muches están encerrades con una familia que discrimina por su orientación sexual o identidad de género, o también viven el encierro sin círculos cercanos o redes de apoyo”.
La encuesta, que tuvo alcance nacional, visibiliza la realidad que hoy tenemos como comunidad, por ejemplo, “el 18,7% de les encuestades, ha vuelto a vivir con sus padres, lo cual, ha sido violento para muchas personas trans, que tuvieron que volver a sus casas, renegando incluso de su identidad de género, con el fin de no ser discriminades o violentades en sus hogares familiares”. Este estudio señala además, que “4 de 5 personas se sienten bastante o demasiado alejades de sus amigues LGBTIQ+ y así mismo, el 51% se siente demasiado incómoda con sus familias por no poder expresar su identidad de género u orientación sexual diversa”.
La Vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios, Profesora Sonia Pérez señaló que: “estos resultados tienen pleno sentido en relación a los objetivos que busca fortalecer esta vicerrectoría, vinculando el conocimiento y articulación entre la Universidad y las organizaciones de la sociedad civil, comprendiendo la salud mental como preocupación nacional y por cierto de esta casa de Estudios, el bienestar de todes en un antes, durante y posterior a la pandemia, comprender que nos interesa en relación a las redes de apoyo que lo sustentan. Destacar de este estudio en relación a las orientaciones sexuales e identidades de género de las diversidades sexuales, que se ha evidenciado aún más la vulneración histórica, mirar los espacios que habitamos entendiendo que deberían ser seguros, y asumir que para algunes no lo es. La relevancia de construir conocimiento y acciones en pos de una Institución que asuma ser parte de estas redes de apoyo”.
Además Angélica Abarca, psicóloga y activista MUMS, recalcó que no hay espacio seguro para las mujeres lesbianas y bisexuales, en un sistema femicida, más aún para quienes no son heterosexuales, hogares inseguros, donde la violencia prefiere lo privado para manifestarse, pudiendo ir desde terapias de reconversión hasta violaciones correctivas. Me pregunto cómo muchos psicólogos, profesores, otros profesionales no conocen las diversidades sexuales y de género o reproducen violencias cotidianamente desde sus espacios laborales, ello lo vemos a diario en MUMS cuando llegan personas buscando apoyo que no encontraron en el sistema hetero y cisnormativo. La Universidad de Chile tiene acá un rol clave desde un enfoque de inclusión y derechos humanos. Este estudio evidencia que los niveles de vulnerabilidad en salud mental de la población LGBT+ están mediados por variables sociales y culturales y no una tendencia natural y biologicista. Debemos modificar el contexto generando factores protectores y fortalecerlos mediante políticas públicas. La Universidad está llamada a favorecer estos cambios sociales.
Finalmente destacar que el taller diseñado por el área buscó rreflexionar sobre las barreras actitudinales que podemos reproducir o no en torno a personas lesbianas, bisexuales y sus expresiones de género, y cómo desde la comunidad universitaria (docentes, funcionarios/as/es, estudiantes) podemos contribuir a generar interacciones más inclusivas, dialogar con la diversidad y generar espacios seguros para todes, lo que por cierto tiene un claro impacto en la salud mental y el bienestar.
¿Estamos velando/contribuyendo a garantizar espacios libres de violencia? Al ver cómo afecta a la salud mental la discriminación familiar y social a las personas LGBTIQ+ ¿podemos desenmarcarnos como Institución?