Nikolass Acuña Urra – MUMS Valparaíso
Ya sea la muerte de Valentín hace solo unos días en Chillán, las agresiones hacia el chico trans que se dirigía a darle contención a la hermana de Valentín, la agresión hacia la compañera trans Lilith Victoria ocurrida hoy 13 de Febrero en la cual fue apuñalada y golpeada o los tanto casos de crímenes de odio que ocurrieron durante el año 2021 y anteriores a este, parecen no importarle a gran parte de la población.
Un pequeño interés, si es que así se le puede llamar, se despierta durante algunos días cuando uno de estos crímenes de odio ocurre, pero que al poco tiempo desaparece, dejando casi siempre en el olvido a aquellos casos que, de no ser por la gente cercana a las víctimas y las organizaciones sociales, pasarían desapercibidos.
Cuántas personas trans, lesbianas, bisexuales, gays, etc. deben seguir sufriendo agresiones que pueden llegar a costarles la vida para que la institucionalidad se interese en el tema. Cuánta culpa tienen los discursos de odio de los sectores fascistas de ultra derecha que instalan ideas tan retrogradas como la abolición del voto femenino, la burla hacia personas trans o la negación de nuestros derechos. Cuánta culpa tiene el desamparo total del gobierno de Piñera que ha dejado absueltamente de lado toda iniciativa que apunte a la protección de una vida digna para nosotres, al igual que gran parte de les legisladores que parecen recordar nuestra existencia solo de forma breve en sus campañas y cuando tienen que votar en contra de leyes que nos protejan. Y cuánta culpa tienen los medios de comunicación tradicionales que se interesan en mostrar sólo algunas muertes, la que importan, no la de les trans, solo las que permiten hacer noticia sin necesidad de generar un descontento en cierta parte de la sociedad que no les convenga. Sin ir más lejos, el Mercurio, diario sabidamente conservador y de derecha, hace una nota criticando un miserable rayado hecho en un bloque de cemento durante la velatón por Valentín sin referirse jamás al fallecimiento mismo del compañero.
En estos tiempos donde el escenario político parece tan activo, urge dar un paso como sociedad y comenzar a ser reconocides como lo que somos, un sector de la población históricamente discriminado y vulnerado en sus derechos más básicos, desde el acceso al trabajo, salud o vivienda hasta el derecho a la vida misma.
Una deuda histórica es la que el estado debe frenar y reparar. Y es por ello que las disidencias sexuales y de género estamos dispuestas y exigimos ser parte del proceso constituyente, de las leyes, de las medidas y decisiones locales y del gobierno mismo. Es por ello también que las organizaciones LGBTIQA+ deben ser escuchadas de verdad de una buena vez y no seguir siendo el pinkwashing de sectores políticos que eluden los cambios que necesitamos. Frenar los ataques de odio con políticas públicas, cupo laboral trans, salud de calidad para cuerpos en transición, educación sexual integral, inclusiva y no sexista no son meros slogan, son demandas que apuntan a una vida más digna para aquellas personas que a veces parecemos ser invisibles. No tenemos el apoyo empresarial ni del gobierno para poder paralizar al país con camiones en la carretera cuando algo nos pasa, pero hemos luchado y lo seguiremos haciendo porque sí tenemos la necesidad real de que nuestros derechos sean protegidos.
LAS VIDAS TRANS IMPORTAN.
Nikolass Ariel Acuña Urra, Secretaría de Prensa – MUMS Valparaíso.