El terrorismo es una palabra compleja, pues convoca diversas animosidades inflamadas por las realidades políticas de distintos escenarios geográficos, ¿pero qué pasa con el terrorismo trasladado al cuerpo, qué pasa con el terrorismo que socava la violencia de la cual el género nos ha hecho objeto?.
¿Existe terrorismo de género?
El terrorismo alude a la dominación por el terror. Como dicen los diccionarios, hace referencia a una sucesión de actos para infundir terror.
Situado en el ámbito de las minorías sexuales, podemos hablar de una acción terrorista sostenida en el tiempo con respecto a la acción de la heteronorma y a la opresión de “ciertos” grupos de personas que ésta inflinge.
La heterosexualidad obligatoria es un régimen político que domina por el terror, pues si no, cómo se explica el tremendo peso social y psicológico que significa “asumirse” como no heterosexual para muchas personas, o la homofobia, lesbofobia y transfobia que ha propiciado la muerte de tantas homosexuales en el mundo, con una indolencia avergonzante de las fuerzas políticas y sociales.
Desde que una persona nace es objeto de un proceso de normalización, es decir, se incorporan normas a su vida, que en el marco de la sexualidad, son héteronormas, que indican el camino por donde transita y cómo se expresa un cuerpo vagina o un cuerpo pene, en una romería que religiosamente permitirá que los cuerpos hablen , pero sólo desde un sentido común(el heterosexual) que le indica cómo debe y lo que debe decir en la sinfonía social y cultural.
A través de la vida existen distintas instancias que aliadas, generan la sucesión de actos que permiten que las personas se expresen de una sola manera: mujer u hombre y que sin que se note, las personas, a través del terror, asuman como real, la relación sexo/género, es decir, un cuerpo (pene –vagina)/(una forma de comportarse en femenino o masculino), como verdades absolutas e inalienenables, plataforma de la desigualdad y la violencia.
Dicha sucesión de actos se repiten de manera incansable y logran crear la idea de que existe una esencia natural de cómo es una mujer y un hombre y cómo deben expresarse y comportarse, nada más alejado de la realidad, pero consecuencia de los actos terroristas que en este caso se aplican a todas las personas, para hacerlas viables con la relación que emerge en el sistema sexo/género, reconocido como normal
Cuando aparecen sujetxs que se oponen, surge la posibilidad de que el terrorismo heterosexual, asumiendo su mandato por el terror, sea subvertido, a través de la apropiación de los discursos construidos por el sistema en torno a este concepto, como una estrategia mortal, que lo sitúa en las acciones de un movimiento social fragmentario, que de este modo, por la autoridad es vaciado de contenido, a través del desplazamiento del terrorismo que éste aplica, el cual es negado, hacia los grupos de oposición, como si estos en realidad fueran el orígen del mismo.
En este sentido sólo basta recordar que aún el territorio mapuche se encuentra militarizado, y que ha sido este grupo en Chile, al que han construido como terrorista, delincuente , etc, lo que borra la posibilidad de la reflexión en torno a si la violencia gubernamental , expresada a través de los tratos vejatorios de la policía y el poder judicial, no es una forma principal y legitimada de terrorismo.
Terrorista y qué?
La palabra terrorismo a diferencia de muchas palabras, significadas de modo menos violento, es neutra, en lo que se refiere a su género, pero no en los impactos que puede provocar desde la discusión que la desvalora, que se atemoriza o que trata de ser políticamente correcta con el dolor causado por la acción terrorista en Chile, o la acción en definitiva, que los distintos gobiernos que han representado al Estado, han sindicado como terrorista.
Entendemos que el terrorismo es una palabra que asusta de manera diversa en distintos contextos socioculturales, pero de una u otra manera en este último tiempo hemos venido, sobre todo, las tortilleras de Mums trabajando con este concepto en Chile, básicamente, porque nos da la gana de reconocer en esta palabra un símil respecto de los insultos de los cuales hemos sido objeto y que son herramientas del terrorismo social que atenta en contra de la homosexualidad, además de apuntalar la discusión en torno al orígen del terrorismo y a su reapropiación como estrategia, bajo la significación que queramos darle. En Chile en la actualidad el terrorismo está representado por la performance de los deudores habitacionales, por la defensa enérgica que hace el pueblo nación mapuche de sus tierras y por todos aquellas sujetos cuyos discursos y prácticas , se insiste , son vaciados de contenidos para transformarlos en terroristas y finalmente en delincuentes inviables para el sistema, pues perpetran el delito de impedir que el país siga un adecuado desarrollo y coherente con las históricas verdades culturales del patriarcado.
Fuimos capaces de decir Maricona y qué!, lo que dio cuenta de un triunfo al trasladar la violencia significante de dicho insulto y muchos otros más y devolverlo a la heterosexualidad para emplazarla con su violencia y con nuestro no temor, lo que nos permite a lo menos para el contexto chileno darle curso a la resignificación de la palabra y acción terrorista, otorgando una nueva mirada política a la performatividad del terror de género que se deja caer ahora sobre la heterosexualidad impuesta.
Soy maricona y qué!, es la M16, dar cuenta de la construcción artificial del género es la molotov, dar cuenta de las opresiones que incluso quienes están al centro de ella gestan y generar acciones para erradicarlas, es la representación del atentado terrorista en pleno, del atentado que no permitirá la exclusión a las camionas , en donde el hueco no es un insulto, en donde si soy maría tres cocos que me importa, en donde la homosexualidad pone reversa y deja las ropas prestadas por la heterosexualidad!.
Recordábamos hace un rato la lucha indígena, a quienes se les aplica la ley antiterrorista en los procesos de privación de la libertad, por lo que también en franco y decidido, apoyo nos auto nombrarnos como Terroristas del Género, que luchamos por la apertura y/o destrucción de la cárcel heterosexual a través de un atentado fundamental: No comportarnos como nos exige el sistema y asumir con un Y QUÉ! gigantesco el : Es maricona, es ebria, es tonta, es loca, tiene cocos, es fea, es peluda, que las que se liberan van escuchando por la vida en un grito patriarcal tonto y desesperado…
Como lesbianas este 08 de marzo hacemos instalación de nuestro cuerpo en todos los espacios, en tanto actúan como bombas que detonan en el centro de la heteronormalidad fisurándola en su poder patriarcal
Somos lesbianas, hemos roto con el mandato a la sujeción del patriarca y del mundo que ha creado, eso es terrorismo de género y desde esa perspectiva, entendemos que el género opresor de la heterosexualidad, puede ser subvertido a través de su completación con diversos nuevos contenidos en donde yo maricona, yo tortillera, yo lela, me enuncio dilatando los bordes de la cultura para transformarla. Eso es revolución , eso será nuestro sentido hoy.